"Resultados espectaculares": Bebé prematuro salvado gracias a un tratamiento con miel y piel de pescado

"Mi sirenita" es el apodo que Krystal DeVos le da a su hija Eliana, de tres años. Y con razón: Eliana se salvó al nacer gracias a un tratamiento con piel de pescado en un hospital de Texas, EE. UU., según informó CNN el 2 de junio.

Eliana, prematura , pesó solo 450 gramos al nacer. Fue trasladada a una unidad de cuidados intensivos. Sin embargo, la bebé desarrolló una infección potencialmente mortal en el cuello. Para su madre, "era casi como una enfermedad carnívora".

A esta infección se sumó la sepsis. Tras ser trasladada a otro hospital y recibir varios tratamientos, la situación de Eliana no mejoró. Dado que la cirugía y el injerto de piel humana eran demasiado arriesgados para una bebé prematura, el personal médico hizo una propuesta sorprendente a la familia: aplicarle piel de pescado en el cuello.

"Es tan parecido a la piel humana a nivel microscópico que promueve la cicatrización de heridas", explica Vanessa Dimas, cirujana plástica pediátrica del Hospital Driscoll, donde fue tratada Eliana.

Tras aplicar una solución de miel para limpiar la herida, el cirujano aplicó una mezcla de la solución y piel de pescado en la zona afectada. Este producto, elaborado por la empresa islandesa Kerecis a partir de piel de bacalao salvaje, sirvió como soporte para el crecimiento de tejido cutáneo nuevo.

“Una vez que ha cumplido su función, ayudando a cicatrizar la herida, simplemente desaparece”, afirma Vanessa Dimas.

Eliana toleró perfectamente este tratamiento único. Sin embargo, el uso de piel de pescado en niños es poco común, sobre todo en bebés. Además, a veces se utilizan pieles de otras especies para ayudar a cicatrizar heridas, como las de cerdo, afirma Arun Gosain, presidente de la sección de cirugía plástica de la Academia Americana de Pediatría y jefe de cirugía plástica del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago.

Tres días después de aplicar la piel de pescado en el cuello de Eliana, los resultados fueron espectaculares, según los cirujanos. Diez días después, la herida había sanado y la cicatriz era mínima.

“No hubo reacciones adversas ni fue necesaria ninguna cirugía adicional”, afirma Vanessa Dimas.

En total, pasó 131 días en el hospital antes de poder reunirse con su familia. A sus tres años, Eliana no tiene ni idea de qué le pasó, pero su madre planea mostrarle fotos y explicarle lo sucedido cuando sea mayor. "Es parte de su historia y es tan única".